viernes, 18 de junio de 2010

Se apagó una luz

Vuelve a ser viernes, pero hoy no tengo alma de viernes.
Venía dispuesta a descargar mi espíritu agotado en este pequeño espacio de desahogo, en este blog que leeis sólo unos pocos pero que me vale para sentirme un poquito más parte del mundo.
Venía conduciendo y pensando en la cantidad de vagos que hay en este pais, que cobran millonadas por trabajos mal hechos y que requieren una mínima preparación. Y es que aquí nadie espera que hagas las cosas bien... para qué? porqué vas a hacerlo bien si cobras lo mismo haciéndolo menos bien. El caso es ser el más pillo, y punto.
Venía pensando en que me equivoqué de profesión, quería ser restauradora de obras de arte y tengo que limitarme a hacer lo que me dejan, siempre por falta de tiempo, de ganas, y por supuesto, de dinero.
Y por la gran falta de comprensión por parte de clientes y pagadores. Porque no tienen ni idea del trabajo que da una buena restauración, porque todo tiene que estar para ayer, porque qué mas dá cómo quede, el caso es que esté a tiempo en su sitio y así poder vanagloriarse de lo generosos que son invirtiendo el dinero (nunca suficiente) en su restauración. Y la obra de arte? debería ser lo primero y nunca lo es. Lo primero es el puto dinero (y no voy a pedir perdón por el taco), el quedar bien, el aparentar, hacerle bien la pelota a los que mandan por si acaso. En fin, qué os voy a contar? Hoy estoy un poco frustrada.
Y venía pensando en todo esto mientras conducía, y dispuesta a descargar mi rabia contra las teclas... pero de repente se apagó una luz, mientras la radio me anunciaba que ha muerto Saramago.
Y todo lo dicho, y antes pensado, perdió valor.
Y entonces sí encontré un motivo para aporrear las teclas.
Pero me quedé sin palabras.
Se ha ido un gran hombre, un gran pensador, un gran escritor, un premio Nobel, un luchador, un ejemplo.
Hoy el mundo ha perdido.
D.E.P.

2 comentarios:

  1. Pues sí......todo eso y mucho más.
    Como homenaje estoy empezando de nuevo "Ensayo sobre la ceguera" y creo que deberíamos poner en marcha seriamente el "Ensayo sobre la lucidez", para que el mundo sepa que no nos conformamos con lo que hay.
    Ya hablaremos.

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  2. Y lo mucho que se parecía a un tal Chuco...

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