domingo, 11 de marzo de 2012

London (part two). Más impresiones.

Lo que más me gusta de los viajes, pienso yo, es lo que aprendes por el mundo. Aunque mi inglés no sea perfecto ni de lejos, y al final del día me saliera humo por las orejas de traducir carteles explicativos, los museos de Londres fueron casi casi lo mejor de todo, igual que el Louvre fue casi lo mejor de Paris.

El British Museum me dejó sin palabras. Cierto que no le dedicamos el tiempo que teníamos planeado, pero las tres horas que estuvimos allí dentro nos bastaron para entender muchas cosas, y preguntarnos muchas otras. Y salimos de allí absolutamente asombrados del expolio-salvación que los británicos llevaron a cabo en aquellos años del colonialismo. Porque los mármoles del Partenón son tremendos, pero este es un templo completo...

Monumento de las Nereidas. 410-400 a.C.

Esculturas del tímpano del Partenón. 447-432 a.C.

Las salas donde se encuentran los mármoles del Partenón fueron expresamente creadas para albergarlos. Y llegas a preguntarte: Pero queda algo en su sitio en Grecia?


¿Realmente están mejor en Gran Bretaña que en Grecia todos estos tesoros? El sentido común te puede hacer pensar que aquí hay más dinero para su conservación, que Grecia está muy mal... pero en España se ha peleado, y recientemente, por las siete toneladas de monedas del Odissey, hasta que volvieron... porque eran españolas...

Egipto también nos encantó, pero la aglomeración de gente era excesiva aquel día, y me acordé mucho del Louvre, donde las salas de Egipto y Asiria estaban prácticamente vacías. Aquí nos fue imposible acercarnos a la Piedra Rosetta, ya no para hacerle una foto, simplemente para verla... tuvimos que conformarnos con la réplica de la Sala de la Ilustración, que nadie quería ver, y que lucía un cartel que rezaba: Please, touch me! Y, por supuesto, la tocamos...

En esta misma sala había miles de objetos desperdigados por las estanterías, y me gustó especialmente este:


Una representación del Sistema Solar del siglo XVIII, con los planetas alrededor del sol... y una Tierra gigantesca, más grande que Júpiter y casi del mismo tamaño que el Sol... cuánto hemos aprendido!

Y para lección, y de las buenas, el Imperial War Museum. 


Como reza la inscripción de la puerta, donde te animan a que dejes tu donación económica, este museo no sólo muestra los principales "artefactos" de las Guerras mundiales, sino los efectos que las guerras han tenido y siguen teniendo en la vida de las personas. Las salas de la 1ª y 2ª Guerra Mundial son una acumulación interminable de objetos auténticos que probablemente sólo había visto en las películas. Atravesamos una trinchera de la Gran Guerra, ambientada con sonidos, olores y luces; vimos las mascarillas de gas tan rudimentarias que se usaron en aquella época de sinsentidos, los carteles publicitarios animando a alistarse a los jóvenes, los carteles que daban nombre a cada trinchera, emulando los de las calles de Londres...


Quizá porque España se mantuvo neutral en ambas guerras, este museo me enseñó mucho. Guarda un montón de testimonios que nunca había visto más que en el cine, incluyendo una magnífica exposición sobre el Holocausto judío. Y dejándome guiar por él de la mano de mi profesor particular de Historia, fue una visita de lujo que recomiendo a todo aquel que vaya a London.

Finalmente, nuestros cuerpos se adentraron en el Natural History Museum. Y nuestras mentes! Lo primero que nos sorprendió fue el impresionante edificio que lo alberga, que perfectamente podría haber servido de escenario para Howards (Harry Potter).




Y una vez dentro, te recibe un esqueleto de Diplodocus gigantesco que ya te enamora. Y el edificio no deja de sorprenderte, también por dentro.






Entramos por la tarde, con lo que no vimos ni la décima parte de los que contiene, pero nos dejó un excelente sabor de boca, sobre todo la sección de los dinosaurios, y la del ser humano, que nos llevó una hora, con un montón de explicaciones interactivas... Y en la que confirmamos definitivamente que mi compi de piso-profe de Historia no tiene "full color vision" ni de lejos... que es daltónico de libro, vaya.

Y finalmente nos dejamos tentar por los héroes del frío, y pagamos religiosamente las 9 pounds per cápita para ver la exposición sobre Scott y la conquista del Polo Sur. Otra maravilla que nos dejó, sin duda, ganas de saber más, mucho más.

¿A lo mejor quisimos abarcar demasiado para cuatro días? Puede ser.
¿Quizá viendo menos museos ves más ciudad? Puede ser, aunque mis pies dicen que vimos muuuucha ciudad.
Y vimos mucho museo. Y me quedé con ganas de ver muuucho más. Quizá en la siguiente ocasión!


3 comentarios:

  1. Yo quieeeeroooo! Q total el de historia y el de la guerra y .......eso q yo quierooooo!!

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  2. lo que está claro es que todo no podemos hacerlo así que cada cual que decida su interés.. en este caso fueron museos. pues fueron maravillosos

    la próxima vez ya será como sea...

    besos

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  3. Do centro mesmo de Daltonia, si señor. E a moita honra!

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