sábado, 4 de agosto de 2012

Turquía, un sueño

Lo mejor de viajar, sin duda, es lo que aprendes, lo que ves, la gente que conoces, los sabores, los olores nuevos...
La experiencia que te queda en la mente y en el corazón y que nunca olvidas.

Este viaje a Turquía ha sido una experiencia irrepetible, en muchos sentidos, un curso acelerado sobre las costumbres turcas, el talante de sus habitantes, el Islam y el Ramadán, que nos pilló de pleno. Y nos ha encantado.

Me quedo con las calles de Estambul llenas de gente y de olores.

Con Santa Sofía y las mezquitas que se alzan sobre los tejados de la ciudad.



Con las berenjenas y los Kebabs: qué bien comen!

Con la llamada a la oración sonando por las calles cinco veces al día.

Con el Bósforo y los miles de barcos surcando sus aguas.




Con las abluciones antes de entrar en cada mezquita, y el descanso de los pies cuando te descalzas y pisas sus alfombras.



Con el paisaje del Egeo.

Con la magestuosidad de las ruinas.

Con el paseo en globo al amanecer por la Capadocia.



Con la omnipresencia de Atatürk, héroe nacional, hasta en los chiringuitos de carretera.

Esto es sólo un aperitivo, tengo mucho que contar...

1 comentario:

  1. La envidia me corroe...ya me contarás eso de los globos que me tienes intrigada!!
    Besos guapa!

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